Faros de Xenón y Bi-Xenón

Los faros halógenos están en deshuso en los coches, siendo substituidos de forma bastante rápida por las luces LED y otras tecnología avanzadas como los faros de Xenón y Bixenón, que no tienen filamento alguno y aumentan el rendimiento de los faros. Este equipamiento exterior es clave para la seguridad activa al darte una mayor percepción de las situaciones de peligro. Las luces o faros de xenón en automóviles están llenas de un gas que al realizarse la combusitión emiten luz, curiosamente el gas xenón es sólo un relleno que sólo tiene que ver con la primera fase de encendido. En realidad se trata de una lámpara de plasma con vapor de mercurio a alta presión, también llamadas lámparas con descargas por gas. Y como podrá imaginarse usted estos componentes altamente tóxicos son los que hacen que sea un objeto delicado. Por otro lado tenemos las ventajas de ser instrumento con una vida de larga duración, que triplica la de una bombilla halógena.

¿Cuando empezaron a usarse en los coches? Desde 1991 se utiliza la lámpara de descarga de gas y el BMW Serie 7 fue el primer automóvil que lo incorporó para luces de corta distancia, mientras que las de carretera tuvieron que esperar al 2001, con la llegada de los faros de bi-xenón. La diferencia es que en los faros de Bi-Xenón, la fuente de luz tiene una cubierta que impide que los haces de luz alta o baja salgan de la lámpara, de forma que según la posición de la cubierta las luces iluminarán más alto o más bajo, según a la distancia que se quiera llegar con los faros. Al seleccionar las luces cortas, el haz de luz es parcialmente bloqueado en la parte superior por un obturador móvil, permitiendo que se iluminen las zonas más cercanas. Para cambiar a luces de carretera se desbloquea el haz superior, gracias a un electroimán que retira el obturador de la trayectoria de la luz. Los faros bi-Xenón oferecen pues máxima visibilidad en luces de carretera.